Me llamo Josep

“Un día mi hermana me dijo que su profesor de fotografía era un personaje curioso, culto, meticuloso, interesante. Me puse en contacto, ya que quería tomar fotografías de las nuevas imágenes de las botellas de cava que quería sacar en breve. Josep captó mi idea, y se puso de inmediato en la tarea de sacar de las etiquetas, el tacto, el color, la esencia para que pareciera, mediante la fotografía, que se pudieran palpar. Darles el relevo, las iridiscencias, los brillos, fue un trabajo enorme, que traspasó la fotografía de los objetos. La comunicación con Josep es su otro punto. Te adentra en su mundo fascinante, y te transmite sus inquietudes, sus dudas…. ¿Cuántas horas juntos discutiendo un pixel, verdad?”

“Josep fotografía nuestros productos y se siente parte de nosotros. Recordamos el primer día cuando vino a fotografiar a nuestra sede con todo planificado (loco de la planificación)…estuvo un buen rato peleándose con lo que él llama “sus esquemas de luz”. De acuerdo con los medios de que disponemos y el espacio en el que debe fotografiar, su planificación no servía y se le oía despotricar de si mismo a regañadientes.

Supo improvisar y de repente encendió las luces y mes allá de la luz se Iluminó su cara de una forma especial.

Josep ha sabido dar a nuestro producto un aspecto profesional que incrementa las ventas y genera atracción. Es un excelente profesional. Probablemente el mejor en una tarea de una gran complejidad técnica.”

“Nuestra relación con Josep, se inició a través de unas clases de fotografía que vino a impartir a personal de nuestra empresa. Unos meses más tarde comenzó sus trabajos como fotógrafo para las viviendas que gestionamos en alquiler y venta. Desde el primer momento, nos dimos cuenta de que Josep amaba la fotografía y vivía para ella. La manera de explicar las técnicas, los trucos de buen fotógrafo,… todo ello de una manera práctica y envuelto de pasión por su trabajo. Otra cualidad que desde el primer instante pudimos comprobar es su calidad humana.

Aunque suene a tópico más que buen profesional, nos ha demostrado durante el tiempo que llevamos trabajando con él, que es aún mejor persona. Es una persona muy responsable, muy organizada, emprendedora, muy motivada, con mucha iniciativa, cuida al máximo los detalles, perfeccionista en sus trabajos y a la que le encantan los retos profesionales por difíciles que estos sean.

El trato con él se vuelve sencillo, afable, es una persona que se adapta, siempre dispuesto a ayudar, propone mejoras… Su forma de ser ha hecho que desde sus primeros trabajos con nosotros lo consideremos uno más del equipo humano que forma Universal Holiday Centre. Muchas gracias Josep por trabajar con nosotros, por transmitirnos esa cercanía, ese buen humor y sobre todo la pasión por la fotografía.”

“Si no te gusta la fotografía pero quizás querrías que te guste, si te gusta la fotografía pero querrías que te apasione, si disparas en automático pero quieres descubrir la inmensidad creativa de disparar en manual, si todavía no sabes que el formato Raw “va a cambiar tu vida” (como dice él con vehemencia). Si quieres descubrir la luz, una sorprendente visión de las cosas… José es la persona que estás buscando. Perfeccionista hasta el extremo, pedagogo magnífico, generoso, con mucha vocación por enseñar todo lo que hay delante y detrás de la cámara de fotografiar y de hacerlo disfrutando al máximo.”

“Pienso que cuando ves trabajar a Josep te vienen a la mente estas dos palabras.

Nos vino a ver con una propuesta imposible de rechazar; mejorar la fotografía de las 1500 botellas que cada año vienen publicadas en La Guía de Vinos de Cataluña desde hace siete. Todo debe decirse, las fotos las hacíamos nosotros con una tienda de luz y un foco de luz blanca, y no tenían la calidad que debían tener. Pero también era evidente que no tendría tiempo de retocar, tal y como él quería, todas las impurezas del vidrio de cada botella, todas las manchas de todas las etiquetas, todos los reflejos que debido a una luz que se filtraba por la ventana pequeña que de treinta metros más allá daba un toque rojizo en la base de la botella (en caso de que fuera blanca, claro)…

Es sorprendente comprobar cómo mira el ojo educado. Aunque nosotros teníamos que tomar fotografía en serie, no era raro que al cabo de diez fotos seguidas dijera que había algo que no estaba bien; debía detenerse todo para subir a la azotea, las láminas de la persiana estaban un poco abiertas y había que cerrarlas todas tanto como se pudiera, mientras él, allá abajo, comprobaba que desaparecía la refracción parásita e indeseable, pero minúscula , que había detectado en el culo de la botella. José, que no se verá, le decíamos, pero no había nada que hacer. Había que solucionarlo para que toda la serie de fotos quedara perfecta. Y es preciso decir que esta perfección distaba mucho de la que él hubiera querido conseguir, aunque era mucho más que suficiente para nuestras necesidades. Tanto es así que a los quince días apareció con un cd adicional con más de trescientas fotos que no se había podido agunatar las ganas de retocar…

Contratar a Josep Brunet para hacer un trabajo fotográfico significa no sufrir por la calidad. Él solito es incapaz de tomar una foto mala; cuando las mira justo después de haberlas hecho, si no le gusta cómo ha quedado a menudo ni siquiera te explica por qué razón es mala, y la borra con un punto de vergüenza por no haber acertado en la primera. Eso sí, ya tiene la solución antes de que tú llegues a preguntar qué hacer.

Recuerdo también cuando nos hizo presas de una pintura del siglo XVII. Después de un par de horas pruebas de todo tipo, de flashes y foco arriba y abajo, de la búsqueda casi inquisitorial de luces heréticas, que contaminaban todo tipo de reflejos al óleo de la pintura negra del fondo del cuadro y blanca del pobre San Sebastián sagetado por todas partes, se detuvo, se comió un helado, y de vuelta, de repente, lo apagó todo y se puso a pilotar al mando de su cámara. Perfecto. Clavado, pensaba yo, ya lo tenemos: pero, obviamente, se las llevó para pulir defectos.

No espere a que no le haga un análisis de todas las luces posibles antes de tomar ninguna foto. No espere a que sea un trabajo sin su implicación y compromiso: la calidad pide rigor, minuciosidad, detalle, claridad de ideas, una noción muy clara del resultado final, y mucha pasión por el trabajo a realizar.

Para Josep Brunet cada foto es un reto nuevo. Si lo contratáis, haréis bien hecho, pero asumid que él quiere tomar fotos perfectas. Y es tan terco que -casi siempre- lo consigue.”

“Josep Brunet me fotografió varias botellas por uno de mis libros de vinos.
Meticuloso, autoexigente y perfeccionista, el resultado fue excelente.”

“Un profesional excelente. De una gran técnica. Rapidísimo en las entregas. De una total seriedad. Creativo. Con muchas horas de vuelo. Siempre atento. ¡Muchas gracias por tu trato, Josep!”

Ostras, ostras…yo no me esperaba tanta coincidencia con lo del perfeccionismo y no sé qué más. A ver si pensarán que soy un “tiquismiquis”. A mí me gusta reírme y devertirme con mis clientes.

Teniendo en cuenta este denominador común quisiera citar dos frases:

La primera es de la actriz Núria Espert:
“Cuando actúas, como cuando haces cualquier otra cosa en tu vida, tienes dos posibilidades: ser perfecta o hacerlo lo mejor posible. La primera es un camino seguro hacia la destrucción. (…) Optar por la segunda vía me parece mucho más sensato”

I la segunda del poeta Oscar Wilde:
“Me pasé toda una mañana pensando si sacaba o ponía una coma de uno de mis antiguos poemas y al final decidí sacarla. Por la tarde, la volví a poner”